El agua; uno de los componentes fundamentales para la vida humana, el elemento que permite al organismo sobrevivir y el correcto funcionamiento de cada una de sus células, tejidos y órganos.
Muchas de las funciones fisiológicas dependen de su presencia en un% importante dentro de nuestro cuerpo: tu cuerpo utiliza el agua para mantener su temperatura, eliminar los desechos y lubricar las articulaciones.
El agua es necesaria para la buena salud en general y más cuando decidimos hacer actividad física.
Hidratación y actividad física
El consumo de agua u otras bebidas se utiliza para reponer los líquidos perdidos durante el ejercicio.
La restauración de líquidos mantiene la función muscular normal, ayuda a prevenir una disminución en el rendimiento físico y reduce el riesgo de insolación (1).
Los síntomas del golpe de calor por esfuerzo son taquicardia, hipotensión, hiperventilación, vómitos, diarrea, convulsiones y coma en los casos más graves (4).
A pesar de estos efectos severos, muchos deportistas no se toman en serio los efectos de la hidratación sobre el rendimiento deportivo y el mantenimiento de los niveles de salud, particularmente en situaciones ambientales que amplían aún más esta necesidad fisiológica como el calor y la humedad.
Se ha demostrado que una pérdida de sudor igual al 2% del peso corporal provoca una disminución significativa del rendimiento físico y mental.
Las pérdidas del 5% o más de peso corporal durante las actividades físicas pueden reducir la capacidad de trabajo en aproximadamente un 30% (6).
Además de la deshidratación que afecta la capacidad de trabajo, las pérdidas por sudor superiores al 2% del peso corporal aumentan el riesgo de náuseas, diarrea, vómitos y problemas gastrointestinales (1).
Deshidratación: un asunto que no debe subestimarse
La deshidratación puede provocar una disminución de:
- volumen de sangre
- flujo sanguíneo cutáneo
- transpiración
- disipación de calor
con un aumento de la temperatura interna y la velocidad de uso del glucógeno.
El mecanismo fisiológico más probable que afecte la potencia aeróbica máxima de una persona (VO2 máx.) Y, por lo tanto, el rendimiento atlético es el gasto cardíaco máximo (2).
La determinación de la cantidad de líquidos a beber antes, durante y después de una sesión de entrenamiento o evento deportivo varía según la persona, la actividad, el tiempo y la duración.
calambres musculares, fatiga, sequedad de boca, dolor de cabeza son síntomas de deshidratación
No solo agua durante la actividad física
Aquí hay algunas pautas generales a seguir para garantizar una hidratación adecuada:
Si estás participando en una sesión de entrenamiento o un evento que dure más de 60 minutos, podría ser importante, además de beber agua para decidir, utilizar una bebida rehidratante o deportiva que contenga electrolitos (sodio, potasio, magnesio) para reponer el líquidos perdidos por el cuerpo.
Esto es especialmente importante para los corredores de larga distancia, ya que con el sudor se pierden de 1 a 3 gramos de sodio por hora.
Por lo general, si su ejercicio es de menos de 60 minutos, podrá reponer los electrolitos en su próxima comida saludable.
Durante el entrenamiento es fundamental no esperar a sentir las ganas de beber: se recomienda hacerlo a intervalos regulares
La hidratación es realmente esencial y requiere conciencia.
¿Bebes lo suficiente, por ejemplo? Pregúntese esto y si aún no lo está haciendo, recuerde hacerlo.
Seguramente notarás cómo una adecuada hidratación puede cambiar tu rendimiento y tu estado de bienestar.