La función de los antioxidantes
El uso de suplementos a base de antioxidantes se ha extendido ampliamente entre consumidores y profesionales de la salud. Los investigadores recogen cada día más evidencias sobre la posibilidad de prevenir o mejorar el curso de numerosas enfermedades gracias al uso de antioxidantes, ya sean adquiridos directamente a través de la dieta o asegurados a través de complementos alimenticios.
La función de los antioxidantes es prevenir o controlar los procesos de oxidación; de ahí el prefijo anti, que está "en contra" del término. La oxidación se refiere al proceso de combustión del oxígeno en las células para la producción de Valor energético y la consiguiente liberación de sustancias conocidas como radicales libres. Los radicales libres son moléculas inestables altamente reactivas que pueden dañar el ADN celular y varios tejidos.
Según estimaciones de los investigadores, los radicales libres afectan el ADN de las células entre 75.000 y 100.000 veces al día. Las moléculas de radicales libres se caracterizan por un electrón desapareado (una partícula atómica con carga eléctrica) y, por lo tanto, tienden a combinarse con otras moléculas para reponer el electrón faltante. Este proceso en realidad produce más radicales libres.
El fenómeno de la oxidación.
Un buen ejemplo de proceso oxidativo se puede ver en las manzanas cuando se cortan: en un corto período de tiempo, la pulpa se oscurece. Esto sucede porque el oxígeno atmosférico reacciona químicamente con la parte expuesta de la manzana. Si corta una manzana e inmediatamente espolvorea jugo de limón sobre la pulpa, notará que el color oscuro (oxidación) aparecería mucho más tarde.
Este efecto protector es atribuible a los antioxidantes, más específicamente a la vitamina C y los bioflavonoides, presentes en el jugo de limón. Dentro del organismo humano ocurren continuamente reacciones similares; por ejemplo, los antioxidantes previenen la oxidación del colesterol. Los investigadores notaron que el colesterol solo se vuelve realmente dañino cuando se oxida, lo que promueve el proceso de aterosclerosis.
En sujetos que siguen una dieta especialmente rica en frutas y verduras, que representan la mejor fuente natural de antioxidantes, se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otras fuentes de radicales libres
Además de los radicales libres que se derivan de los procesos vitales de producción de Valor energético dentro de las células, los seres humanos también están expuestos a varios factores que aumentan el número de radicales libres. La radiación ionizante de la luz solar, los rayos X y varias otras fuentes son los factores más comunes; De hecho, la exposición excesiva puede provocar cánceres de piel, arrugas y cataratas. La contaminación industrial también contribuye a sobrecargar esta carga al agregar metales tóxicos, como arsénico, mercurio y otros, humos industriales y muchas otras toxinas. También debe tenerse en cuenta que muchos productos farmacéuticos crean radicales libres. Además, el cuerpo de las personas que padecen enfermedades crónicas, como la diabetes, produce una mayor cantidad de radicales libres que el individuo sano. mientras que en los deportistas la formación de radicales libres es cuantitativamente mayor ya que son productos secundarios del ejercicio físico. Por último, fumar, el alcohol, los alimentos fritos y las dietas altas en grasas son fuentes notorias de radicales libres tóxicos.
El papel del cuerpo humano
El cuerpo humano tiene su propio sistema antioxidante que incluye enzimas particulares, como la catalasa, la superóxido dismutasa (SOD) y la glutatión peroxidasa. Los minerales como el selenio, el manganeso, el zinc y el cobre son necesarios para asegurar el funcionamiento eficiente de los complejos enzimáticos.
Los antioxidantes más conocidos
Dado que la dieta típica de América del Norte es deficiente en alimentos vegetales ricos en antioxidantes, es importante que la persona complemente su ingesta mediante el uso de nutrientes adicionales. Entre los agentes antioxidantes más comunes se encuentran las vitaminas C, A y E, así como el selenio, el glutatión, la coenzima Q10 y el betacaroteno. Los antioxidantes adicionales son la luteína, el licopeno y otros carotenoides. El extracto de semilla de uva, la N-acetilcisteína, el ácido alfa lipoico y los tocotrienoles también son excelentes antioxidantes. Los fitonutrientes presentes en algunas especies de plantas como el té verde, la cúrcuma, el ginkgo biloba y el cardo mariano tienen algunas de las propiedades antioxidantes más poderosas jamás descubiertas. Cada antioxidante juega un papel principal en la neutralización de los radicales libres y en Optimización de las defensas inmunológicas. Y estos son solo algunos ejemplos de antioxidantes disponibles en alimentos y suplementos.
Cardo de leche
Conoce la salud del sistema antioxidante
Hay varias formas de verificar el estado del sistema antioxidante del cuerpo. Uno de ellos es tener un análisis de sangre que mida los valores de los principales agentes antioxidantes presentes en el torrente sanguíneo. Otro método está representado por un análisis de sangre u orina destinado a identificar el nivel de estrés oxidativo del organismo en general; este método proporciona una evaluación del estado de estrés oxidativo y de las reservas de antioxidantes a nivel sistémico. Por último, recientemente se ha desarrollado tecnología informática que utiliza un láser de luz azul de baja Valor energético para escanear la palma de las manos y medir los niveles de antioxidantes asociados con los carotenoides.
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